sábado, 19 de noviembre de 2016

UN NUEVO PROYECTO.



AU PA.... ¿QUÉ?


La primera vez que pensé en ser Au Pair estaba en la prepa, hace uff mil años. Siempre quise viajar al extranjero y estudiar algo. Podría ser un internado como los de Zoey 101 mi programa favorito con el que estaba obsesionada, podía irme a Francia a estudiar francés ahora que ya lo estudiaba en la embajada de Francia, no sé... Quería hacerlo. Pero no teníamos dinero. Siempre fue esa mi barrera para estudiar en el extranjero. Busqué y busqué programas de intercambio pero todos eran demasiado caros para poder permitírmelos. ¿Cómo iba una chica de 17 años pagar más de $50 000 pesos para estudiar dos semanas en otro país? Mi mamá siempre me lo dejó claro, no se puede, sueñas demasiado, mejor dedícate a estudiar aquí, en tu país dónde perteneces. De nada sirvió trabajar en Burger King para poder costearme un intercambio, sólo conseguí cansarme, que me negrearan y que me pagaran una miseria. Después de cumplir los 18 se me olvido mi sueño de viajar. 







Así que estudié.... Sí, entré a la universidad y me dedique a estudiar mi carrera; Comercio Exterior y Aduanas y como servicio social decidí entrar al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México. Ahí estuve más de un año trabajando en la aduana, en el área de despacho de pasajeros. No puedo describir la emoción que sentía ver como llegaban personas de todo el mundo, contándome sus historias, muchos chicos de intercambio, estudiantes que volvían a casa a encontrarse con sus padres, familias multirraciales, extranjeros que deseaban conocer mi país, de pronto recordé lo mucho que deseaba viajar y volví a buscar intercambios al extranjero. Otra vez me encontré con la barrera del dinero, pero buscando sin perder la esperanza me encontré con la página de Cultural Care. Ahí encontré toda la información de lo que era ser una Au Pair y el costo para serlo, me acordé que hacía mucho ya había visto ese programa, así que hice cálculos, no era mucho dinero, los requisitos no eran difíciles y sí, decidí que quería ser Au Pair a mis veintiún años. Se lo comenté a mis papás, mi papá no me hizo mucho caso, era algo así como: Ajá, lo que digas. Mi mamá no me apoyó, me dijo que yo no había estudiado una carrera para terminar de niñera, que yo no sabía nada de niños, que mejor buscara un trabajo estable y ya me dedicara a hacer mi vida. Le conté de los requisitos, que ella me podía ayudar a conseguir más experiencia porque es maestra de preescolar, pero no me hizo caso, me dijo que no, que no teníamos dinero y que no estaba para estar pidiendo, que lo que yo necesitaba era terminar mi servicio social y ya hacerme independiente.  Así que sin ningún apoyo me metí a trabajar por mi cuenta para conseguir el dinero. No duré mucho, fue en un call center dónde no me pagaron ni la capacitación. En el segundo duré tres meses, fue en el call center de Atento. Me pasaron muchas cosas, desde que me enamorara de alguien que no valía la pena, que me hicieran sentir que no servía para nada, que no era responsable ni interesada en mi trabajo (Esto porque no conseguía la calidad ni las ventas requeridas) Hasta que se burlaran de mí por mi apariencia como si estuviéramos en la escuela. Terminé fastidiada, cansada y sin ganas de nada. Ya se los digo desde ahorita, si no tienen el apoyo de nadie, ser Au Pair les va a costar mucho más trabajo de lo que ya es. 






Dejé pasar la oportunidad otra vez y mejor me dediqué a mí, a comprar muebles para mi recámara, a comprarme ropa y a viajar tranquilamente a la playa. Se me olvido ese sueño llamado Au Pair. 


Pero encontrar trabajo no es nada fácil, al menos no en tu carrera, me pasaron mil cosas antes de decirme a hacer prácticas profesionales en otra Aduana. Todo empezó muy bien, en febrero, tenía planeado buscar una plaza ahí (Suéñale, sin palancas, ¿Como?) Pero como era trabajo más bien administrativo a veces nos quedábamos sin nada que hacer y era aburrido. Para entretenerme desempolvé un libro que me había comprado hacía unos meses en la feria de las culturas amigas, un libro francés llamado "Oú es tu? de  
Marc Levy. Lo comencé a leer sin ganas, con el objetivo de practicar mi francés, pero la historia me fue atrapando. Una chica de mi edad que fastidiada de su vida en los Estados Unidos se embarcaba a la aventura de cambiarse de país, se iba a Honduras a ayudar con los desastres que ocasionaban los huracanes en los años 70. Todo lo que ella vivía, desde adaptarse a otro país, conocer gente nueva, despedirse de las personas que quería, enamorarse, conocer otro idioma... Me fue atrapando y sí, otra vez recordé mi sueño de viajar. Esta vez ni siquiera se lo comenté a mis papás. En cuanto volví a buscar la página de Cultural Care y revisé los requisitos, puse mi nuevo proyecto en marcha. Busqué un trabajo de medio tiempo cerca de la Aduana y encontré otro Call center, mucho más fácil que los otros dónde había trabajado, porque no eran ventas, si no atención a clientes. Me contrataron rápidamente y comencé a dedicarme a tres cosas a la vez: Mis prácticas, mi trabajo y a organizar este nuevo proyecto. Asistí a una reunión informativa online, porque no había quien me llevara hasta polanco a una reunión en persona. Junte el dinero de mis primeras dos quincenas y entonces hablé con mis papás. De una manera más seria, decidida y completamente segura, les expuse mi idea de ser Au Pair, les conté TODO lo referente al programa, lo que incluía, lo que no, lo que se pagaba y lo que no. Se los dejé claro, ya no era una niñita, si me apoyaban se los iba a agradecer mucho, si no, sólo les avisaba lo que planeaba hacer.  Yo creo que ese cambio en mí los convenció, porque los dos aceptaron mi decisión y sí, se decidieron a apoyarme a pesar de que mi mamá nunca ha estado de acuerdo en que viaje al extranjero, no le gusta, dice que si eres de México, aquí te debes quedar, en tu país, con tu gente y con tus raíces. Yo creo que a veces exagera, porque no le gusta la idea de viajar al extranjero ni de vacaciones, que por qué en México tenemos lugares para vacacionar, que no hace falta salir del país, pero bueno.... Así piensa ella. 

Con todo esto me sentí inmensamente feliz, pensé que ya lo tenía todo para iniciar mi proceso para ser Au Pair, que ya lo difícil lo había superado, que era el dinero. Nunca sabes cuan equivocada puedes estar hasta que lo vives.... 


Continuó en mi siguiente entrada, este es sin duda, el comienzo de un nuevo proceso :)  


























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